5 Negra soy, pero graciosa, hijas de Jerusalén, como las tiendas de
Quedar, como los pabellones de Salmá.
6 No os fijéis en que estoy morena: es que el sol me ha quemado. Los
hijos de mi madre se airaron contra mí; me pusieron a guardar las viñas, ¡mi
propia viña no la había guardado!